viernes, 28 de julio de 2017

BURGER DE LENTEJAS

¡Muy pero que muuuuuy buenas a todos!

Vuelvo por fin por el blog para mostraros una receta que llevaba mucho tiempo queriendo hacerla... y de verdad que está buenísimas y es muy sencilla de hacer. ¿A qué esperáis para probarla?!

Esta receta es una manera divertida para comer legumbre, y también una manera diferente y muy sana de comer hamburguesa. Así que, por qué no darla una oportunidad, ¿no?



Para dos hambruguesas medianas necesitaremos:

- Una cebolla pequeña
- Un pimiento verde y rojo (o el que más  nos guste)
- Una taza llena de lentejas cocidas
- Un diente de ajo
- Especias al gusto
- Un poco de pan rallado
- Salsa de soja
- Sal y aceite de oliva



Empezaremos escurriendo las lentejas y lavándolas un poco para quitar el sabor 'artificial' como yo digo jajaja. Picamos la cebolla, el ajo y el pimiento y lo sofreímos en un chorrito de aceite de oliva durante 10 minutos, hasta que se ponga doradito.


Mientras vamos machacando las lentejas hasta que se forma una masa, a la que añadiremos un poco de salsa de soja, las verduritas ya pochadas y las especias que más nos gusten, en mi caso yo eché perejil y pimienta negra.




Amasamos bien todo junto y añadimos un poquito de pan rallado para que la masa sea más densa y podamos así darla forma de burger.
Finalmente, llevamos las hamburguesas a la sartén, unos 5 minutos por cada cara... ¡Y listo!




Para formar la hamburguesa yo utilicé pan de cereales, lechuga, tomate, queso light, aguacate y una pizca de mostaza natural, y para acompañar, no podían faltar mis queridas chips de calabacín <3



Espero que os encante y ... ¡qué aprovecheeeeeeeeee!

Pdt: por si no lo conocéis, tengo un nuevo Instagram al que subo desayunos y algunas recetas muy ricas ;) es: @con.h.de.healthy

viernes, 12 de mayo de 2017

UNA MAÑANA MÁGICA EN TIVOLI

Érase una vez una pequeña ciudad llamada Tívoli... 
Sí, me refiero a la antigua Tibur, situada en la provincia de Roma (Lacio).

Hoy os vengo a mostrar alguno de los encantos de esta pequeña ciudad, por si, algún día viajáis a Roma, os encanta la naturaleza o las ruinas antiguas  y tenéis la oportunidad de visitarla, aunque solo sea un ratito ;)


Tívoli es una localidad que destaca - sobre todo en primavera -  por su paisaje agreste de bosques escalonados y cascadas que le aportan una atmósfera muy diferente a la ciudad vecina de Roma.

Fue un lugar muy cotizado para veranear en tiempos del Imperio romano, y no es de extrañar, debido a sus temperaturas más suaves y sus verdes parajes.
En Tívoli encontramos las villas de numerosos personajes romanos, entre los que cabe destacar el emperador Adriano y el poeta Quinto Horacio Flaco.


¿Qué podemos visitar en Tívoli? 

Aún podemos ver algunos restos de la antigua ciudad; dos templos principales, el de Sibila y el de Drusila. Quedan también restos de las murallas y la puerta hacia la ciudad de Roma.

Por otra parte, desde la iglesia de la Annunziata hasta la puerta de Santa Croce, se halla la ciudadela que fue construida por Pio II en el lugar del antiguo anfiteatro.

En el río que cruza la ciudad, llamado Aniene (antiguo Anio), encontramos dos puentes desde los que se puede contemplar el inmenso bosque.

Pero sin duda, los tres monumentos más llamativos de la ciudad son  Villa Gregoriana, Villa Adriana y Villa de Este.




- Villa Gregoriana: es un gran parque a los pies de la acrópolis de la antigua ciudad. Se compone de densos bosques con senderos que conducen a las cuevas de Neptuno y las sirenas.  Fue encargado por el papa Gregorio XVI - de ahí el nombre - en 1835 para reconstruir el lecho del río Aniene, dañado por una inundación.

En este parque podemos ver dos magníficas cascadas (de las cuatro originarias que tenía), y aún podemos ver hoy doce de los muchos sistemas hidráulicos que habían construido los antiguos romanos.

Al final del recorrido se encuentra el magnífico templo de Vesta.


- Villa Adriana:  se encuentra a las afueras de Tívoli, y a unos 23 km de la ciudad de Roma. Fue creada como lugar de retiro para el emperador Adriano en el siglo II. Desde este lugar gobernó el imperio y en él pasaría los últimos años de su vida.

Tras Adriano la villa fue adquirida por varios de sus sucesores. En el declive del Imperio cayó en desuso y quedó parcialmente en ruinas. Ya en el siglo XVI el cardenal Hipólito II de Este, hizo que gran parte de las esculturas se trasladaran como decoración para su villa de la que hablaremos a continuación, la Villa de Este.

Villa Adriana era un complejo que cuenta con más de 30 construcciones - palacios, fuentes, termas, bibliotecas, teatro, templos, etc - en una extensión de al menos 1 kilómetro cuadrado, del que aún queda mucho por excavar. Esta villa se trata del más grande ejemplo romano de jardín del tipo alejandrino, que recrea un paisaje sagrado.

Además, en esta villa se reúnen construcciones que representan diferentes lugares y monumentos de aqulla época, mostrando a su vez ecos de diferentes culturas, como la griega y la egipcia, ya que Adriano era un emperador al que le gustaba mucho viajar, y tomó prestados muchos diseños.

Algunos - de los muchos - restos que se mantienen en pie son:

- La Plaza de Oro: complejo que contaba con una fuente central rectangular que dividiría la explanada en los jardines, en el lado sur, y los edificios.



- El Teatro marítimo: pórtico redondo con una bóveda sostenida por pilares. Dentro de este hay una piscina en forma de anillo con una isla central, y en la isla hay una pequeña villa romana completa.


- El Pecile: una reconstrucción de la Estoa Poikile, centro político y cultural de la ciudad de Atenas.


- Villa de Este: sin duda una obra maestra de la arquitectura italiana, donde el protagonista es el gran jardín que se extiende a  lo largo de la ladera.

Encargada por el cardenal Hipólito II de Este (1509-1572), que había sido nombrado gobernador de Tívoli por el papa Julio III, el cual le regaló la villa preexistente, que más tarde reformaría por completo siguiendo los diseños de Pirro Ligorio, encargado del programa iconográfico de los frescos.



Crearon así esta villa palaciega, de estilo manierista, rodeada por jardines aterrazados, con fuentes, cascadas e impresionantes juegos de agua, como veremos a continuación en las fotografías:

                                                         - Fuente de Diana de Éfeso:



- Cascada desde la Fuente del Órgano:


- Fuente de Neptuno:

- Las Cien Fuentes:

*Fotografías de: Henar de la Parra Martín y Óscar Fernández Rodríguez*